Hermanos Francisco Vidiella y Pascual Harriague
Pioneros, Emprendedores y Masones.
El vino ha sido un elemento central en diversas culturas a lo largo de la historia, desempeñando un papel significativo en los ritos iniciáticos. Desde la antigüedad, ha simbolizado la conexión con lo divino y la transición hacia nuevas etapas de la vida. En rituales, como la celebración de los Misterios de Dionisio en Grecia o la Comunión en el Cristianismo, el vino se convierte en un vehículo de transformación y revelación.
Su relevancia se extiende a la vitivinicultura, una práctica que combina arte y ciencia en la producción de esta bebida. En el contexto de la Masonería, el vino adquiere un significado especial como rito iniciático.
Durante alguna ceremonia masónica específica, el vino se utiliza no solo como un elemento ritual, sino también como un medio para simbolizar la fraternidad y la conexión espiritual entre los miembros. Este acto de compartir una copa de vino representa un vínculo trascendente, donde los iniciados buscan alcanzar a través de la filosofía y practicas masónicas un estado de conocimiento superior o sabiduría.
La vitivinicultura, por su parte, refleja un profundo respeto por la tierra y el tiempo, valores que resuenan en la filosofía masónica en su búsqueda de la verdad y la perfección. Así, el vino se convierte en un puente entre la naturaleza, la tradición y el desarrollo personal dentro de la Orden, enriqueciendo la experiencia iniciática con su historia y simbolismo.
En esta oportunidad el Palacio Masónico, el cual fuera declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2020, vuelve a abrir sus puertas al publico para honrar la memoria de dos insignes masones como lo fueron Francisco Vidiella y Pascual Harriague.
A lo largo de su historia, la masonería ha considerado el espíritu empresarial como uno de los motores claves del progreso social y económico. La inclusión en sus filas de figuras como Francisco Vidiella o Pascual Harriague no hace más que reforzar este principio.
Cada uno, en su propio campo, ejemplificó una dedicación a la innovación y el desarrollo.
Vidiella y Harriague, pioneros en la industria vitivinícola, dejaron una huella duradera al transformar dicho sector en la región del Río de la Plata.
Juntos, estos hombres encarnan el ideal masónico de trabajar por el bien común, aplicando sus talentos para elevar a la sociedad a través del espíritu empresarial, la solidaridad y las iniciativas con visión de futuro.
Hacer clic sobre los nombres para acceder:
Biografía de Francisco Vidiella
Biografía de Pascual Harriague
Protocolo de la visita al edificio
El recorrido planteado por el edificio es el siguiente: Rotonda - Pasos Perdidos / Gran Templo - Salón Confraternidad Americana.
-
El tiempo de permanencia en cada estancia dependerá de la cantidad de público asistente. Se buscará evitar aglomeraciones y que todos puedan disfrutar la visita.
-
-
En cada lugar encontrará claramente identificados códigos QR con la descripción y datos del lugar donde se encuentra. Esta es una guía virtual para que cada persona la pueda seguir a su tiempo. Es necesario para leer esos códigos QR su celular, agradecemos traer auriculares para escuchar dichos audios. Igualmente encontrará integrantes de la Comisión de Patrimonio Masónico de la Gran Logia para despejar eventuales consultas.
-
-
Deseando que público de todo el país pueda realizar una visita lo más completa encontrará en esta web información relevante sobre lo expuesto en el Palacio Masónico.